jueves, 27 de junio de 2013
lunes, 24 de junio de 2013
Desde Julio de 1870, Francia y Prusia
(Actual Alemania) entraron en guerra.
A
mediados de enero del año siguiente el ejército pruso dominaba dos terceras
partes de Francia y estaba a pocas millas de la villa de Pontmain (pequeño
pueblecito de unos 500 habitantes). Situado al norte de Laval, cerca de RENES en la bretaña francesa, al oeste
de París.
El Padre Guerin, que había sido el párroco allí durante 35 años
pidió a los niños que rezaran a la Virgen María para que protegiera al
pueblo y a Francia .Entre los niños había dos hermanos muy piadosos.
Eugenio y
Barbadette, de 12 años y su hermano José de 10 .
Ellos comenzaron a rezar en oración intensa desde el
martes,
17 de enero,
ofreciendo la Misa, recitando el rosario y
haciendo las estaciones del vía crucis su hermano mayor
había sido reclutado por el ejército francés y estaba en la guerra.
Esa noche misma noche, El pequeño Eugenio
salió del establo de su casa cuando vio en el cielo a unos
seis metros por encima de las casas a una hermosa Señora
que le miraba sonriente.
La señora tenía un vestido azul oscuro
cubierto de estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro. Sus brazos
estaban extendidos como en la medalla milagrosa pero sin rayos.
Eugenio se quedó extasiado durante
unos 15 minutos y llamó a su hermano. Cuando su padre y su hermano
salieron del establo, Eugenio grito: "¡Mirad allí! ¡Encima de la
casa! ¿Qué veis?" José describió a la Señora tal y como lo hizo
Eugenio. Pero el padre no vio nada mas que tres estrellas fuertes y les mandó severamente que regresaran al
establo a preparar el alimento de los caballos. Sin embargo, poco después, el
padre les dijo a los niños que salieran y miraran de nuevo a ver si
estaba la señora.
Ellos obedecieron y saliendo la vieron
de nuevo. José repetía: "¡Qué bella es!, ¡Qué bella es!"
La madre de los niños, Victoria Barbadette
acudió. Ella sabía que los niños eran honestos y no mentían, y aunque tampoco
la veía, creyó. La Virgen sonreía y permaneció en la misma posición hasta
las 9 de la noche. El párroco y el pueblo entero acudieron uniéndose a la
oración durante la oración del pueblo un cartel luminoso se fue formando
en letras doradas a los pies de la Santísima Virgen en donde se podía
leer.
PERO POR FAVOR OREN HIJOS MIOS.
DIOS VA A ESCUCHAR PRONTO VUESTRAS PLEGARIAS
MI HIJO OS ESPERA
Durante el mismo instante de la aparición, a las seis y
media de la tarde de aquel dia, el general pruso Von Schmidt, que estaba
listo para arrasar con el pueblo de Laval en dirección a Pontmain, recibió
órdenes del alto mando de no tomar la ciudad. La invasión de la Bretaña nunca
se efectuó ya que el 28 de enero, 11 días después de la aparición, se firmó el
armisticio entre Francia y Prusia.
La intercesión milagrosa de la Madre de Dios trajo la paz.
Con posterioridad, la Iglesia de Roma reconoció la
veracidad de la aparición.Con
posterioridad, la Iglesia de Roma reconoció la veracidad de la aparición
Desde Julio de 1870, Francia y Prusia
(Actual Alemania) entraron en guerra.
A
mediados de enero del año siguiente el ejército pruso dominaba dos terceras
partes de Francia y estaba a pocas millas de la villa de Pontmain (pequeño
pueblecito de unos 500 habitantes). Situado al norte de Laval, cerca de RENES en la bretaña francesa, al oeste
de París.
El Padre Guerin, que había sido el párroco allí durante 35 años
pidió a los niños que rezaran a la Virgen María para que protegiera al
pueblo y a Francia .Entre los niños había dos hermanos muy piadosos.
Eugenio y
Barbadette, de 12 años y su hermano José de 10 .
Ellos comenzaron a rezar en oración intensa desde el
martes,
17 de enero,
ofreciendo la Misa, recitando el rosario y
haciendo las estaciones del vía crucis su hermano mayor
había sido reclutado por el ejército francés y estaba en la guerra.
Esa noche misma noche, El pequeño Eugenio
salió del establo de su casa cuando vio en el cielo a unos
seis metros por encima de las casas a una hermosa Señora
que le miraba sonriente.
La señora tenía un vestido azul oscuro
cubierto de estrellas doradas, un velo negro y una corona de oro. Sus brazos
estaban extendidos como en la medalla milagrosa pero sin rayos.
Eugenio se quedó extasiado durante
unos 15 minutos y llamó a su hermano. Cuando su padre y su hermano
salieron del establo, Eugenio grito: "¡Mirad allí! ¡Encima de la
casa! ¿Qué veis?" José describió a la Señora tal y como lo hizo
Eugenio. Pero el padre no vio nada mas que tres estrellas fuertes y les mandó severamente que regresaran al
establo a preparar el alimento de los caballos. Sin embargo, poco después, el
padre les dijo a los niños que salieran y miraran de nuevo a ver si
estaba la señora.
Ellos obedecieron y saliendo la vieron
de nuevo. José repetía: "¡Qué bella es!, ¡Qué bella es!"
La madre de los niños, Victoria Barbadette
acudió. Ella sabía que los niños eran honestos y no mentían, y aunque tampoco
la veía, creyó. La Virgen sonreía y permaneció en la misma posición hasta
las 9 de la noche. El párroco y el pueblo entero acudieron uniéndose a la
oración durante la oración del pueblo un cartel luminoso se fue formando
en letras doradas a los pies de la Santísima Virgen en donde se podía
leer.
Durante el mismo instante de la aparición, a las seis y
media de la tarde de aquel dia, el general pruso Von Schmidt, que estaba
listo para arrasar con el pueblo de Laval en dirección a Pontmain, recibió
órdenes del alto mando de no tomar la ciudad. La invasión de la Bretaña nunca
se efectuó ya que el 28 de enero, 11 días después de la aparición, se firmó el
armisticio entre Francia y Prusia.
La intercesión milagrosa de la Madre de Dios trajo la paz.
Con posterioridad, la Iglesia de Roma reconoció la
veracidad de la aparición.Con
posterioridad, la Iglesia de Roma reconoció la veracidad de la aparición
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